Es fácil que cuando estamos escribiendo, aun cuando estamos en racha y las palabras fluyen como un refrescante riachuelo que parece que nunca se va a agotar, de pronto se seca y llega el temido bloqueo del escritor. ¿Cómo podemos evitarlo? Es lo que la mayoría de nosotros nos hemos preguntado alguna vez.
En primer lugar vamos a averiguar cuáles son los motivos por los que aparece el bloqueo y luego vamos a ver de qué forma podemos evitarlo.
Lo primero que tenemos que aceptar es que los bloqueos llegan. Es común, pero lo mismo que cuando se seca un riachuelo por falta de caudal no significa que nunca más vaya a llevar agua, el tener bloqueos no significa que ya no podamos volver a escribir. Tampoco es señal de ser un mal escritor, o que nuestra novela no sea buena.
El bloqueo del escritor puede manifestarse de distintas formas. Una puede ser que ya no sepamos cómo llevar el hilo argumental, o que se nos resista una escena en concreto. También podemos sentir que lo que escribimos no vale para nada y eso nos obligue a dejar de escribir.
Lo más importante en ese momento de “desesperación”, es no dejarnos llevar por esos sentimientos y ser sinceros con nosotros mismos, intentando identificar cuál ha podido ser el origen, ya sea de los mencionados antes u otros.
La primera y más frecuente de las causas del bloqueo es la falta de planificación previa. El trabajo previo te permite abordar la historia con el conocimiento necesario sobre esta para saber cómo continuar en cualquier momento. Otro motivo por el que puede aparecer es que, tras hacer un planteamiento de la novela, no sepamos introducir el nudo o, en otros casos, desentrañar el desenlace. Pero como he mencionado antes, si se hace un buen trabajo previo le quitamos estas posibilidades al bloqueo para detenernos. Siguiendo con la ilustración del riachuelo, se podría comparar a cavar zanjas que dirijan el agua de lluvia hasta el cauce para que siempre haya caudal. Si has hecho el trabajo previo y sigues bloqueado, analiza las fichas y profundiza en estas.
La segunda causa del bloqueo es el no tener conocimientos de narratología. Es necesario saber sobre todos los recursos necesarios para escribir una novela. Sería bueno leer un libro a la semana durante un año o, si es posible, para siempre, ya que esto te dará el conocimiento de las distintas herramientas narrativas para escribir una buena novela.
Otra causa pudiera ser que el tipo de novela que hayas decidido escribir no conecte contigo. Por ejemplo, tal vez hayas decidido escribir una novela negra, cuando lo tuyo son las biografías. O, si escribes creyendo que lo que escribes está de moda, pueden surgir los temidos bloqueos.
El cansancio es a veces el propio cansancio. Simple y llanamente que necesites descansar porque estés saturado de escribir. Intenta no abusar del trabajo de escritura escribiendo por la mañana y por la tarde. Date tiempo para otras cosas prácticas y necesarias, como leer, trabajar en tu marca personal, marketing, etc…
Si eres muy perfeccionista puedes encontrar el bloqueo al exigirte más de lo que debes a ti mismo, al volver y volver atrás para revisar lo escrito y retocarlo constantemente, no dando paso al resto de la historia. Por eso la primera revisión es un borrador. Eso no significa que no debamos ser exigentes con nosotros mismos. El ser exigente es bueno porque te impulsará a dar lo mejor, pero ser excesivamente perfeccionista es malo en cualquier ámbito de la vida, al menos en mi humilde opinión.
Bueno, estos son los consejos que quería dejaros por si os sirven de ayuda ante un bloqueo.
Me gustaría saber qué es lo que pensáis al respecto. Podéis dejar vuestros comentarios y opiniones y así inaugurar este blog.
Gracias Antonio, es muy bueno!